lunes, 2 de noviembre de 2009

LOS TRIBUNALES DE INQUISICIÓN


En cualquier entorno y actividad de nuestra vida los vamos a encontrar; en los estudios, el trabajo, entre nuestros familiares; entre nuestros vecinos; en los desconocidos que están a nuestro alrededor mientras estamos en la calle. Siempre va a haber un tribunal que se encargará de juzgarte, condenarte y llevarte a la hoguera. En el asunto de la Crianza no podía faltar, es más, son el ojo avizor que siempre estará allí para evaluarte, criticarte y dictarte una sentencia de acuerdo a sus parámetros. Lo peor es que si te preocupa complacer al Tribunal estarás en graves problemas, siempre te van a encontrar una falla, pues su necesidad de juicio y crítica debe verse satisfecha. Por lo tanto, no te molestes en complacerlos, a menos que te unas a ellos. Será la única forma de librarte de su juicio por lo menos mientras estás juzgando y despellejando a otros en su presencia (cosa que disfrutan mucho), por que apenas le des la espalda recibirás un dardo de veneno que satisfaga su necesidad de superioridad.

El tribunal siempre estará alerta para detectar si tu hijo llora, si lo llevas cargado, si todavía le das teta, si no le pegas un grito o le das una nalgada “antes de que sea tarde y se te descarrile”, si te hace pataletas; nada se escapará de su observación y juicio. Peor será si se nota a leguas que eres una madre primeriza, pues será allí cuando se deleitarán restregándote en la cara que sus métodos son los únicos que hacen hombres y mujeres de bien, pues sus hijos que están ya grandes, los adoran y son lo mejor del mundo (me encantaría saber que piensan muy en el fondo estos hijos perfectos sobre los métodos que se les aplicaron). Escucharás cosas como que el castigo a tiempo hace hombres de bien, si no le pegas a ese muchacho no va a servir para nada………bla, bla, bla…..

Particularmente, no quiero hijos perfectos, súper dotados para pelear en este competitivo mundo adulto y ser los mejores en todo sin conocer el fracaso. Quiero hijos felices; seguros de sí mismo; que no esperen aprobación ajena, ni siquiera la mía, mucho menos la de un tribunal inquisidor; que no le teman al fracaso; que no sigan el rebaño sin preguntar a donde los llevan, solo por que la sociedad dice que hay que seguirlo; que no dejen que nadie decida por ellos; que le den más importancia a pasar un día consigo mismos en paz que a romper paradigmas y superar metas; que quieran lo mismo para sus hijos y jamás los golpeen o maltraten; y por sobre todo que jamás sientan necesidad de pertenecer a ningún Tribunal inquisidor.

A los Tribunales Inquisidores les aconsejo utilizar esa misma energía para condenar cualquier forma de maltrato hacia los niños, ancianos, animales y la Violencia doméstica en todos sus géneros o en su defecto, “vivan y dejen vivir”. Cuando alguien maltrata a un niño la mayoría cae en la complicidad del silencio, o de dar comentarios dignos de aprobación por parte del tribunal. Eso es seguir al rebaño.

Si queremos tener un mundo mejor comencemos sembrando paz, amor y cuidando la semilla del futuro que son los niños. El Planeta necesita un cambio urgente al amor, ese el paradigma y la meta que hay que romper. No le des tanta importancia al ruido de afuera, escucha lo que te dice tu alma………no hay mejor consejera que ella, solo busca su consejo y guía en el silencio. Cría a tus hijos como tu corazón te lo ordene, no como los demás dicen que es mejor. Aquí cito a Paulo Coelho: “El vecino al que le encanta hacer comentarios sobre nuestro jardín no cuida nunca de sus plantas”.

(Por Elvis Canino)


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